Bruscamente la tarde se ha aclarado
porque ya cae la lluvia minuciosa.
Cae o cayó. La lluvia es una cosa
que sin duda sucede en el pasado.
Quien la oye caer ha recobrado
el tiempo en que la suerte venturo
sale reveló una flor llamada rosa
y el curioso color del colorado.
Esta lluvia que ciega los cristales
alegrará en perdidos arrabales
las negras uvas de una parra en cierto
patio que ya no existe. La mojada
tarde me trae la voz, la voz deseada,
de mi padre que vuelve y que no ha muerto.
Como siempre me sucede con los poemas de JLB (y con muchos de sus cuentos), cada palabra me pone la piel de gallina.
ResponderEliminarSaludos!
Es verdad, a mí me pasa lo mismo :)
ResponderEliminarSaludos para vos y gracias por el comentario !